Cómo ayudar a los niños a sobrellevar las emergencias


Ayudando a los niños a sobrellevar la situación durante y después de un huracán: un recurso para padres y cuidadores pdf icon[PDF – 922 KB]

Un niño con un audífono abrazando a su padre

Tenga la edad que tenga, su hijo podría sentirse alterado o tener otras emociones fuertes después de una emergencia. Algunos niños reaccionan de inmediato, mientras que otros podrían mostrar signos de dificultades mucho después. La manera en que un niño reacciona y los signos comunes de sufrimiento emocional pueden variar según la edad del niño, sus experiencias previas y cómo el niño enfrenta normalmente el estrés.

La manera en que los niños reaccionan se debe en parte a lo que observan en los adultos a su alrededor. Cuando los padres y cuidadores enfrentan un desastre con calma y seguridad, pueden darles a los niños el mejor apoyo. Los padres pueden transmitir más tranquilidad a quienes se encuentren a su alrededor, especialmente a los niños, si están mejor preparados.

Las personas pueden angustiarse más si ven en los medios de comunicación las imágenes de un desastre una y otra vez. Desde un principio, considere limitar la cantidad de exposición que usted y sus seres queridos tengan a la cobertura de los medios de comunicación.

Factores que influyen en el impacto emocional de las emergencias en los niños

El impacto emocional de una emergencia en un niño depende de las características y experiencias del niño, las circunstancias sociales y económicas de la familia y la comunidad, y la disponibilidad de recursos a nivel local. No todos los niños reaccionan de la misma manera. Algunos podrían tener reacciones más intensas y de larga duración. Puede que los siguientes factores específicos afecten la reacción emocional de un niño:

  • Ser afectado directamente en la emergencia
  • Acontecimientos traumáticos o estresantes previos
  • Creencia de que el niño o un ser querido podría morir
  • Muerte de un familiar, amigo cercano o mascota
  • Estar separado de sus cuidadores
  • Lesión física
  • La manera de reaccionar de los padres y cuidadores
  • Recursos familiares
  • Relaciones y comunicaciones entre los miembros de la familia
  • Exposición continua a la cobertura de los medios de comunicación sobre la emergencia y sus consecuencias
  • Estrés continuo debido al cambio en la rutina familiar y en la situación de vivienda
  • Diferencias culturales
  • Resiliencia de la comunidad

Lo que puede hacer para ayudar a los niños a sobrellevar un desastre


Actividad para colorear de niños
Esta es una página de actividades para que los niños más pequeños aprendan cómo sobrellevar la situación luego de un desastre.
Descargue la hoja de actividades pdf icon[PDF – 911kb, 2 páginas, Imprimir solo]

Es fundamental que los padres y cuidadores sean un buen ejemplo para los niños al manejar su propio estrés mediante decisiones de estilo de vida saludables (como comer alimentos saludables, hacer ejercicio con regularidad, dormir lo suficiente, y evitar las drogas y el alcohol). Cuando usted está preparado, descansado y relajado puede reaccionar mejor ante acontecimientos inesperados, y puede tomar decisiones que le convendrán más a su familia y a sus seres queridos.

Los siguientes consejos pueden ayudar a reducir el estrés antes, durante y después de un desastre o un acontecimiento traumático.

Antes
  • Hable con sus hijos para que ellos sepan que usted está preparado para mantenerlos a salvo.
  • Repasen los planes de seguridad antes de que suceda un desastre o una emergencia. Tener un plan aumentará la confianza de los niños y los ayudará a tener la sensación de estar en control.
Durante
  • Manténgase calmado y tranquilice a los niños.
  • Hábleles a los niños sobre lo que está pasando de una manera que puedan entender. Hágalo de una forma simple y adecuada para la edad de cada niño.
Después
  • Ofrézcales a los niños la oportunidad de hablar sobre lo que les pasó o qué piensan de eso. Anímelos a que digan lo que les preocupa y hagan preguntas.
  • Usted puede ayudar a sus hijos a tener la sensación de estar en control, y a manejar sus sentimientos, alentándolos a tomar medidas directamente relacionadas con el desastre. Por ejemplo, los niños pueden ayudar a otros después del desastre, incluso ofrecerse como voluntarios para ayudar a la comunidad o a miembros de la familia en un ambiente seguro. Los niños NO deben participar en las tareas de limpieza después de un desastre por razones de salud y seguridad.
  • Es difícil predecir cómo algunos niños responderán a los desastres y a los acontecimientos traumáticos. Debido a que los padres, maestros y otros adultos ven a los niños en diferentes situaciones, es importante que colaboren y compartan información sobre cómo el niño está sobrellevando la situación después de un acontecimiento traumático.

Reacciones comunes

Las reacciones comunes ante la aflicción desaparecerán con el tiempo en la mayoría de los niños. Los niños que hayan estado directamente expuestos a un desastre pueden volver a sentirse angustiados y volver a mostrar comportamientos relacionados con el acontecimiento si ven o escuchan algo que les haga recordar lo que pasó. Si los niños siguen muy afectados, o si sus reacciones interfieren con sus deberes escolares o sus relaciones con otras personas, los padres podrían hablar con un profesional o hacer que sus hijos conversen con alguien que se especialice en las necesidades emocionales de los niños. Obtenga más información sobre las reacciones comunes ante la aflicción:

En bebés y niños hasta los 2 años

Es posible que los bebés se vuelvan más irritables. También es posible que lloren más de lo habitual o que quieran estar más tiempo cargados y abrazados.

En niños de 3 a 6 años de edad

Puede que los niños en edad prescolar y de kínder vuelvan a tener comportamientos que ya habían superado. Por ejemplo, puede que tengan “accidentes” (mojar o ensuciar la ropa interior), mojar la cama, o sentirse asustados por la posibilidad de ser separados de sus padres o cuidadores. Quizás también les den rabietas o tengan dificultad para dormir.

En niños de 7 a 10 años de edad

Puede que los niños más grandes se sientan tristes, enojados o asustados ante la posible repetición del acontecimiento. Puede que sus compañeros les den información falsa; sin embargo, los padres o cuidadores pueden corregir la información errónea. Es posible que los niños más grandes se concentren en algunos detalles del acontecimiento y quieran hablar sobre ello todo el tiempo, o no quieran hablar de eso para nada. Puede que tengan dificultades para concentrarse.

En preadolescentes y adolescentes

Algunos preadolescentes y adolescentes reaccionan al trauma comportándose mal. Esto podría incluir conducir en forma imprudente, o consumir alcohol o drogas. Otros preadolescentes y adolescentes podrían tener miedo a salir de su casa. También es posible que pasen menos tiempo con sus amigos. Podrían sentirse abrumados por sus intensas emociones y no poder hablar sobre ellas. Sus emociones pueden llevarlos a tener más discusiones e incluso peleas con sus hermanos, padres o cuidadores, o con otros adultos.

En niños con necesidades especiales

Los niños que necesitan usar de manera continua un respirador o aquellos que usan una silla de ruedas o están en cama podrían tener reacciones más fuertes a una amenaza o a un desastre real. Ellos podrían sentir una angustia más intensa, o mayor preocupación o enfado que los niños sin necesidades especiales, porque tienen menos control sobre su bienestar diario que las demás personas. Lo mismo se aplica a los niños con otras limitaciones físicas, emocionales o intelectuales. Puede que los niños con necesidades especiales necesiten más palabras tranquilizadoras, más explicaciones acerca del acontecimiento y más consuelo, y otro tipo de contacto físico positivo, como abrazos de sus seres queridos.

Recursos adicionales en inglés

Para obtener más información sobre cómo sobrellevar un desastre, visite los siguientes sitios: