¿Quién es su persona? Ya saben, esa persona a la que pueden acudir para desahogarse, que les hace responsables, que les dice la verdad (no sólo lo que quieren oír) y que les impulsa a ser su mejor versión. Si aún no han identificado a su persona, marquen este mensaje como no leído, tómense un tiempo para pensar quién podría ser, y luego regresen a este mensaje. (Pero no esperen más de un par de días: ¡hay actualizaciones importantes aquí! 😊).
Bien, ahora que han vuelto y están listos, hablemos.
Parece que ha pasado una vida entera desde la última vez que me senté a conversar con ustedes. En todo el país, la gente está saliendo a las calles para ejercer su libertad de expresión: muchos mediante protestas pacíficas, otros en medio de brotes de violencia. Y ahora, con ataques militares en curso y enfrentamientos migratorios, el malestar civil y la agitación emocional parecen definir nuestra experiencia compartida, no sólo a nivel local, sino en todo el mundo. Suspiro.
En el boletín del mes pasado les compartí que la especulación es enemiga de la paz. Hoy quiero presentarles a su cómplice más cercano: el miedo. Juntos forman un par peligroso, y por eso mismo los estoy nombrando.
Es completamente natural sentir miedo. Al fin y al cabo, hay mucho en juego: vidas humanas, la economía mundial, la posibilidad de la paz. Y seré la primera en admitirlo: yo también tengo miedo (soy humana, igual que ustedes). Pero para no quedarme atrapada en ese miedo, lo contrarresto con las herramientas más poderosas de mi caja emocional: fe, resiliencia, y conexión humana.
No me refiero sólo a la fe en el sentido religioso, sino también a cualquier forma en que la fe se manifieste para ustedes: convicción, certeza, o esa calma interna que les dice, de alguna manera, que todo va a estar bien. Quiero que se aferren a eso con fuerza y sin descanso. Y también a la conexión humana. Eso es lo que hará posible navegar por esta incertidumbre.
Es relativamente fácil caminar - incluso saltar o bailar - cuando el camino es plano y familiar. Es mucho más difícil cuando hay grietas en la acera y hay obras en la carretera en subida, lo cual hace que la navegación intencional sea aún más necesaria, y hacerlo con su persona, mucho más llevadero. Esa persona puede mirar hacia arriba y hacia adelante mientras ustedes miran hacia abajo, y viceversa. Puede ayudarles a manejar el presente mientras también escanea el entorno futuro.
Con fe y conexión humana, pueden mantenerse informados de lo que sucede sin dejar que eso marque su propio ritmo. Hablen con su persona para asegurarse de que no lo estén absorbiendo todo, y especialmente, no lo hagan solos.
Yo acumulo intencionalmente momentos de alegría (bailar, comer un helado, hacer un crucigrama, simplemente estar de pie bajo la luz del sol). Me armo, literalmente, con alegría para proteger mi energía del caos que intenta colarse. Me aferro a ella con todo mi ser: mi corazón, mi mente, mi cuerpo. Todo.
Así es como practico la resiliencia. Para mí, la resiliencia no significa esconder lo que siento o fingir que todo está bien. Significa procesar y aprender sobre mí misma - intencionalmente y con frecuencia. Porque sí, la especulación y el miedo son poderosos. Pero no son más fuertes que la fe, la conexión humana y la resiliencia - especialmente cuando están arraigadas en la unidad.
Así que apóyense en eso. Manténganse anclados en la certeza. Elijan la conexión humana. Y por encima de todo, permanezcan enraizados en lo único que nos une a todos: nuestra humanidad compartida.
Sigan siendo humanos. Y para quienes celebran el Mes del Orgullo: sigan sintiéndose orgullosos.
Ahora vayan a hablar con su persona, y yo los volveré a buscar la próxima vez.
Lideren con gracia y valentía,
Terri S. Winbush
Directora Ejecutiva de Recursos Humanos del Campus